Después de pasarse días de días pensando una historia, desechando otras, de llenarla de detalles, de concebir sus personajes y sus peripecias, de convencerse de que es una historia que tiene algo que la hace importante para los demás, y que valga la pena se pasa a la escritura del guión, un trabajo de meses donde se arma un esqueleto, y se va componiendo en cada situación en cada detalle en cada dialogo, contar esa historia en forma reducida, en no más de cien paginas, concentrarse en la síntesis, y las elipsis.
Después se pasa a corregir ese primer texto, se tarda meses, hay darlo a los amigos que lo lean, hacerlo mas claro, hacer surgir las semillas. De ahí viene la parte mas pesada y difícil, convencer a mas gente que ese guión merece ser filmado, mas en un país como el nuestro donde la cultura no se concibe como un valor, levantar peso a peso, los medios para poder hacerla realidad. Cuando esto se consigue, que no siempre se consigue, hay que armar el equipo, las personas que pueden dar vida, los actores que darán la cara a los personajes, preparar todo, ensayar, hacer pruebas; se arma un colectivo siempre de la forma mas impredecible, mas que sistemática.
Y finalmente viene la hora de la verdad, el rodaje. Trabajar sobre un guión técnico que no siempre esta hecho, o que a veces hay que modificarlo, una carrera contra el tiempo, contra las adversidades, una veintena de personas que cada uno en lo suyo se ocupan de que prácticamente de la nada surga la escena. Un trabajo de mas de un año se concentra en la intensidad de cinco semanas, 12 a 14 horas al día, tomando decisiones en cada momento, en cada puesta en escena ,en cada plano, en un combate entre el tomar riesgo o ser convencional, entre la claridad del relato y la estética, tratando en lo posible de no pisar los lugares comunes, en ser fiel a uno mismo, en no caer en la tentación de ir por camino mas fácil; días de tanta intensidad que contagian, difíciles de olvidar que cuando llega el ultimo día de rodaje termina en abrazos, lagrimas, y nuevos compañeros de ruta, después de tanta ímpetu solo quedara un vacío, un hueco después de vaciar el alma
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